Tuesday, December 19, 2006


¿Cuándo empezás a vivir?

¿Y qué esperás para hacer?

¿Qué pensás que sentís cuando llegás?

¿Y cómo te das cuenta de cualquier cosa?

¿Puedo empezar después, ahora, se nace así o es que hay que darse permiso?

Nosotros los que tenemos una libertad culposa y limitada en las venas genéticas, ¿tenemos que subir corriendo las escaleras mecánicas que bajan para poder pisar a la ansiedad o sentir que se está viviendo?

O es una carrera contra el final, cualquiera sea, la muerte X, la ansiedad siempre lista, predispuestos los ojos y el tacto para solamente sentir que se transita, como en un auto viejo, sentir el movimiento, en un bote o a pie, no en un crucero ni en un mercedes moderno. Porque sentir que las cosas y las situaciones se mueven, parece que es la clave para que el inexperto existente tenga la casi certeza de que está viviendo. La velocidad. Sin importar a dónde llegue, se está moviendo.

Y cuando llegás no pasa nada extraordinario, excepto que llegaste. Y tenés que seguir moviéndote para otro lado. Sino te quedás sin movimiento, y pican los talones y sudan las palmas, el tiempo que se escurre, el ocio regalado siempre demás.

Y de todas formas hay algo que intercepta el momento del transcurrir y de llegar, con una sensación interior. ¿Fue muy fácil o difícil, tendría que haber sido antes o después de lo que fue? Llegar es tan definitivo como pensar que se transita porque el sol sube, las estrellas giran o cualquier otra cosa.

Hay que estar en los momentos, y podría ser más fácil, siempre, pero uno se sigue comparando, imaginando, qué se siente estar en los zapatos más brillantes o desgarbados, mientras seguimos en los nuestros.

Con tu reloj de arena entre los pies ¿Qué es vivir ? Y eso debería hacerse, actuarse, como quien sigue una nueva religión o descubre su vocación.

Porque para mí vivir no es ni trabajar todos los días, ni estancarse en una idea, ni tener que levantarse o acostarse para hacer algo tan similar a lo de ayer. Vivir se sale de lo cotidiano, se vuelve extraordinario. En una idea sobre-exaltada y tal vez adolescente, creo que vivir es una serie de dinamismos, que para cada uno son diferentes ritmos. Pero es pisar el tiempo, y no tratar de alcanzarlo, para mí vivir es casi todo lo que no hago, todos esos permisos que me faltan, todas las excusas que sigo esperando para hacer otra cosa, y voy dando pequeños pasitos, juntando herramientas, construyendo castillitos. Yo no quiero ser alguien grande, ni importante en lo reconocible por las veredas, en las reverencias, más bien me gustaría poder aprender a moverme, como una anguila, o estos bichos tan elásticos, tan vitalmente atléticos, bailotear con cierta sabiduría del tiempo por entre un medio que me sea natural, hacer algo bien hasta el punto de permanecer sumergida e impregnada de ese ámbito. Según Ludovica soy chancho de agua, tal vez pueda nadar bien por algún lado, aunque sea chancho.

Noción de vivir como algo tan rápido, con tantos componentes, que es como una cinta acelerada de canciones e imágenes, pero todo sucede más lento, aunque los días me resulten cortos. Mi idea de vida debe ser muy parecida a los flashes que tiene una persona que muere y es impactada por su gran flashback y toma conciencia de su pasado absoluto en esa vida. Es un segundo contenido en x cantidad de años, como los sueños que suceden en un par de minutos de tiempo real y tiene duraciones muy variables en la memoria de cada uno cuando despierta.

La diferencia debe estar en el hecho de tomar conciencia de lo que uno está haciendo, aunque parezca que no se hace nada. Repito, me miro fijo en el espejo, hay una línea diagonal de misterio entre lo que hay adentro de mi cabeza y una maraña de venas que se infla y contrae abajo entre mi axila y mi cuello, y existen fuerzas ocultas entre el cerebro y el corazón. Inesperadas, latentes, porque laten debajo de las posibilidades de lo que cada uno puede quiere o espera ser…